Esperando la Llegada del Espíritu Santo

En este mensaje, el Pastor Luis enseña respecto a tres cosas específicas que debemos saber con relación a la promesa de la venida del Espíritu Santo.

Notas del Sermón

Hechos 1:1-11

Introducción:

  • Como ya lo hemos mencionado en sermones anteriores, cuando Jesucristo les comunicó a sus discípulos que Él iba a ir a morir en la cruz, y después ascendería al cielo, muchos de ellos no lo tomaron a bien.
  • No obstante, como Jesús les explica, para que el Espíritu Santo pudiera venir a morar en el corazón de cada uno de ellos, necesariamente Jesucristo tendría que partir de este mundo al cielo.
  • Y, una vez que ascendiera al cielo, Él enviaría el Espíritu Santo, para que viviera todo el tiempo en los corazones de todos los creyentes.
  • Cuando el Espíritu Santo ha venido a nuestras vidas, somos completamente empoderados para cumplir todas las misiones que Dios nos ha asignado como parte del cuerpo de Cristo, que es la iglesia.
  • En este día estudiaremos tres cosas específicas que debemos saber con relación a la promesa de la venida del Espíritu Santo.
I. Primero, Jesucristo les promete a sus discípulos que el Espíritu Santo vendrá sobre ellos

a) La vida y ministerio de Jesús

Hechos 1:1-2
1 En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, 2 hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido;

b) La evidencia de la resurrección de Jesús

Hechos 1:3
3 a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios.

c) La promesa de la venida del Espíritu Santo

Hechos 1:4-5
4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.

II. Segundo, es necesario comprender la necesidad de que Jesucristo fuera al Padre y enviara al Consolador

a) No necesitamos saberlo o entenderlo todo

Hechos 1:6-7
6 Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? 7 Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad;

b) Debemos estar enterados del poder que hemos recibido

Hechos 1:8
8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.

c) Jesucristo se fue al cielo con el propósito específico de enviarnos al Espíritu Santo

Hechos 1:9-11
9 Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. 10 Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, 11 los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.
III. Tercero y último, el cumplimiento de la promesa de la venida del Espíritu Santo

a) Dios nos ha dado la capacidad de poder compartir el evangelio en múltiples idiomas

Hechos 2:1-4
1 Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. 2 Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; 3 y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. 4 Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.

b) Debemos conocer la realidad de la inclusividad del evangelio

Hechos 2:5-11
5 Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. 6 Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. 7 Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? 9 Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, 10 en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, 11 cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios.

c) Debemos comprender que siempre habrá burladores que no entienden las revelaciones del poder de Dios

Hechos 2:12-13
12 Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? 13 Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto

IV. Conclusión y aplicación
  • Las promesas que Dios nos hace, siempre se cumplen. Solamente necesitamos confiar en ellas.
  • Todo el tiempo que Jesús estuvo con sus discípulos, les prometió que no los dejaría solos o huérfanos. Esta promesa también es verdad para nosotros. Jesús no nos ha abandonado, él siempre está con nosotros en todo momento.
  • La razón fundamental por la que Jesucristo envió el Espíritu Santo, para que viviera en nosotros, es para que nosotros seamos proclamados de las virtudes de aquel que nos llamó de las tinieblas a su luz admirable.
  • Es muy cierto que el Espíritu Santo cumple una diversidad de funciones en nuestras vidas como cristianos, no obstante, la principal obra del Espíritu Santo en nosotros es empoderarnos para poder cumplir la comisión de proclamar las buenas nuevas a todas las criaturas.
  • La celebración del primer domingo de Pentecostés, en la historia de la iglesia cristiana, marca el principio del empoderamiento del Espíritu Santo, a cada creyente para habilitarlo a cumplir las tareas que Dios nos ha asignado
  • Hemos sido habilitados por Dios para cumplir las funciones que Él desea que realicemos en este mundo a través de la iglesia.
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