Hay personas que les gustaría tener una relación de salvación con Cristo. No obstante, erróneamente piensan que pueden ser salvos por buenas obras.
Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino solo uno, Dios.
Marcos 10:17
Hay personas que les gustaría tener una relación de salvación con Cristo. No obstante, erróneamente piensan que pueden ser salvos por buenas obras; creen que pueden “pagar” por su salvación siendo buenas personas.
En la mayoría de los casos son personas muy filantrópicas, cooperantes y ayudadoras. Sin embargo, la Biblia establece claramente que somos salvos por la gracia de Dios. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios. No por obras, para que nadie se gloríe” (Ef.2:8-9).
Cuando leemos el contexto de este pasaje nos damos cuenta de varias cosas importantes: el joven no reconoció que Jesús era Dios, no entendió que no podía ser salvo por obras, no se dio cuenta que no era tan perfecto como suponía, y lo que es peor aun no se apercibió que lo que más amaba eran sus propiedades y no a Dios y al prójimo. Y por tal razón no estaba dispuesto a seguir a Jesús.
También nosotros debemos reconocer que muchas veces tenemos una actitud igual que la del joven. Tenemos ídolos de los cuales no podemos deshacernos y como consecuencia tampoco estamos dispuestos a seguir a Cristo. Es tiempo de cambiar y decidir seguir a Cristo.
Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©