La condición de nuestro corazón determina nuestras acciones. Procuremos tener un corazón limpio; la tentación vendrá en el momento menos esperado.
Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él. Gen. 4:7
Toda acción pecaminosa es el resultado directo de haber cedido a la tentación alojada en nuestramente y originada en un corazón impuro o por lo menos no sujeto al dominio de Dios.
Si nuestro corazón es temeroso de Dios y nuestras acciones son rectas; el resultado natural es que no incurramos en pecado; trayendo como resultado de que seamos exaltados por nuestro Padre Celestial. Si nuestro corazón no es recto, y maquinamos el pecado, de manera natural seremos arrastrados a pecar, trayendo como resultado el desagrado de Dios sobre nuestras vidas.
Los creyentes hemos sido habilitados por Dios para vencer cualquier tipo de tentación, no obstante, no hemos sido exentos de tener que lidiar con ella, y de manera individual decidir vencerla o ceder a la tentación. Algo es indudable, si no nos recreamos en la tentación (esto es,pensar demasiado en la potencial acción pecaminosa), de seguro incurriremos en pecado. Por lo tanto, es necesario desvincularnos inmediatamente de cualquier tipo de tentación que venga sobre nosotros.
Por todo lo anterior, es necesario comprender que la condición de nuestro corazón determina nuestras acciones. Procuremos tener un corazón limpio; la tentación vendrá en el momento menos esperado. Con el respaldo de Dios y nuestra firme decisión, siempre podemos vencer cualquier tentación.
Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©