Solo hay dos maneras de lidiar con el temor, o usted se deja dominar y controlar por él, o aprende a confiar en Dios. El temor es humano, la confianza es divina.
En el día que temo, Yo en ti confío. Salmo 56:3
No hay ninguna persona que no tenga que lidiar con temores en la vida. Cuando enfrentamos algún temor lo mejor que podemos hacer es acercarnos con confianza a Dios.
Sin duda alguna David es uno de los hombres más valientes que han vivido en este mundo. No obstante, un hombre tan aguerrido y de carácter inquebrantable de vez en cuando se llenaba de temor. En vez de negar su temor, David nos dice que es lo que él hacia cuando tenia temor:
confiar más en Dios.
La Biblia nos afirma que David tenía una íntima y continua relación con Dios, y basada en esa relación cercana él entendía que lo mejor que podía hacer cuando temía era buscar más de Dios y depositar toda su confianza en Él. Eso es exactamente lo mismo que nosotros podemos hacer.
Las situaciones de temor eventualmente llegarán a nuestras vidas. No las podemos evitar, ni tampoco las podemos negar. Son parte de la realidad de nuestra existencia. Solo hay dos maneras de lidiar con el temor, o usted se deja dominar y controlar por él, o aprende a confiar en Dios. El temor es humano, la confianza es divina.
El apóstol Pablo nos aconseja que debemos aprender a gloriarnos en nuestras debilidades (esto incluye el temor) para que sobre nosotros pueda manifestarse el poder del Cristo resucitado. Por lo tanto, en el día que temamos, confiemos aún más en Dios.
Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©