Como hijos de Dios es nuestra responsabilidad conocer los mandamientos y practicarlos. Así fluirá la bendición de Dios en nuestras vidas.

No tendrás dioses ajenos delante de mí.  No te harás imagen. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano. Acuérdate del día de reposo para santificarlo. Honra a tu padre y a tu madre. No matarás.  No cometerás adulterio.  No hurtarás. No hablarás contra tu prójimo falso testimonio. No codiciarás.

Éxodo 20:3, 4, 7,8, 12-17.

Cuando Dios decidió darnos mandamientos a través de Moisés, podría habernos dado una lista interminable, no obstante, el decidió darnos solamente diez mandamientos. Eso demuestra que a Dios le gusta la claridad y la sencillez con relación a las ordenanzas que debemos obedecer.

A pesar de ser solo diez, la mayoría de nosotros no los cumplimos. Lo maravilloso de los Diez Mandamientos es que son inclusivos. Aunque sólo sean diez abarcan las diferentes áreas de las relaciones humanas.

Los primeros cuatro mandamientos: no tendrás dioses ajenos delante de mí, no te harás imágenes, no tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano y guardarás el día de reposo tienen que ver con nuestra relación con Dios. Lo que también se conoce como la relación vertical que tenemos como hombres con Dios.

El quinto mandamiento tiene que ver con la relación que tenemos con nuestros padres: “honra a tu padre y a tu madre”. El resto de los mandamientos están vinculados con la relación que tenemos con nuestro prójimo. No matarás, no adulterarás, no mentiras, no robarás, y no codiciaras.

Como hijos de Dios es nuestra responsabilidad conocer los mandamientos y practicarlos. Así fluirá la bendición de Dios en nuestras vidas.

Foto de Marjhon Obsioma en Unsplash

Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©

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