Debemos asegurarnos de que hemos pasado por el proceso de arrepentimiento y conversión.

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio.

Hechos 3:19

A pesar de nuestra ignorancia, nuestra insensatez y ceguera espiritual los planes de Dios con relación a nuestra salvación siempre se cumplen; no obstante, es necesario arrepentirnos de nuestros pecados y convertirnos en nuevas personas.

Arrepentirse significa, ante todo, reconocer nuestra situación pecaminosa y culpabilidad, así como también, entender las posibles consecuencias de nuestra situación pecaminosa. Si seguimos viviendo de la misma manera, nuestro destino eterno es el infierno. Además, arrepentirse es cambiar de dirección, pedir perdón por nuestros pecados, y creer que basados en nuestra fe en Jesucristo podemos ser salvos. Por otro lado, convertirse significa que evidenciamos a través de nuestras acciones los cambios que Dios ha logrado en nuestras mentes y corazones.

Si nos arrepentimos y convertimos, entonces todos nuestros pecados son borrados y experimentaremos con los “tiempos de refrigerio” que Dios nos promete.

“Tiempos de refrigerio” significa que tú disfrutas de la presencia de Dios, del amor de Dios en tu vida y de saber de qué Dios es tu ayudador, tu pronto auxilio en las tribulaciones, el que nunca te abandona y el que siempre está dispuesto a recibirte y auxiliarte en todas tus situaciones.

Por lo tanto, debemos asegurarnos de que hemos pasado por el proceso de arrepentimiento y conversión. Que somos nuevas personas y recordar que Dios desea compartir con nosotros esos tiempos de refrigerio, de nueva vida y esperanza.

Foto de Naassom Azevedo en Unsplash

Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©

Artículos Relacionados