Es muy importante comprender que Jesús nos modeló una vida de servicio, sacrificio y obediencia a Dios.
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.
Marcos 10:45
Cuando Jesús vino a este mundo introdujo un paradigma contrario al del mundo, Él no vino para que le sirvieran, sino para servir. Él nos modeló el ejemplo de servicio hasta la muerte, y muerte de crucifixión.
Jesús es identificado en este pasaje como el Hijo del Hombre. Este es un término mesiánico que identifica a Jesús como el Mesías. Esta expresión Hijo de Hombre también identifica a Jesús como un ser humano. Jesús no es solamente divino, sino también un ser humano que vino a servir. El ejemplo por excelencia del servicio de Jesús se expresa de manera vívida cuando Jesús les lavó los pies a sus discípulos. Ellos debían seguir Su ejemplo.
Jesús también vino a dar su vida en rescate por muchos. El precio que Jesús pagó para lograr nuestra salvación fue derramar su preciosa sangre por nosotros. La Biblia establece que es bien difícil que una persona esté dispuesta a morir por otra, por muy buena que esta sea, sin embargo, Jesús estuvo dispuesto a entregar su vida por nosotros pecadores. Jesús entendía perfectamente la misión que Dios le había asignado.
Es muy importante comprender que Jesús nos modeló una vida de servicio, sacrificio y obediencia a Dios. Como hijos de Dios y discípulos de Cristo, nosotros también debemos hacer lo mismo. De no hacerlo así, entonces no hemos entendido nuestra misión.