Sin importar por cuantos años una pareja ha estado casada siempre debe existir entre ellos elementos que aviven el fuego de la relación matrimonial.
Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés dar carta de divorcio, y repudiarla? Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; mas al principio no fue así.
Mateo 19:7-8
Las personas se divorcian porque en algunas ocasiones se unen en yugo desigual con los incrédulos. El unirse en yugo desigual podría ser causa de muchos inconvenientes.
Además, las personas se divorcian porque no tienen una buena comunicación en la relación matrimonial. Si no hay comunicación, no se pueden resolver las diferencias. También se divorcian porque alguno de los cónyuges podría mostrar una conducta irrespetuosa hacia el otro; haciendo caso omiso a las peticiones presentadas por la persona ofendida o abusada. Esto podría producir serias raíces de amargura en el corazón de uno de los cónyuges.
Asimismo, las personas se divorcian porque uno de los cónyuges es completamente irresponsable en la relación matrimonial. La persona negligente en la relación hace que la persona responsable tenga que llevar todo el peso de la responsabilidad matrimonial y familiar. Eventualmente, por muy noble que la persona responsable sea, se cansará de tal situación.
Y, por último, las personas se divorcian porque de manera regular no se está avivando el fuego de la relación matrimonial. Sin importar por cuantos años una pareja ha estado casada siempre debe existir entre ellos elementos que aviven el fuego de la relación matrimonial. Estos elementos podrían incluir: Romance, detalles, palabras de ánimo, salidas, viajes, citas, cenas, eventos especiales, celebración de cumpleaños, celebración de aniversarios, etc.
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Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©