El principio bíblico es que debemos de apoyar a las personas, cualquiera sea la situación en la que estén pasando.
14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. 15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. 16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.
Romanos 12:14-16
En este pasaje pareciera que Dios nos está pidiendo un imposible, bendecir a los que nos quieren dañar. Nuestra tendencia es defendernos de los malos. No obstante Dios desea que les bendigamos y abstenernos de hablar mal de ellos. Es claro, que, para poder lograr tal cosa, tenemos que ser empoderados por Dios mismo. El orar por las personas que le hacían daño, es algo que el señor Jesucristo nos modeló.
Aparte de bendecir a los que nos persiguen, también debemos mostrar empatía hacia nuestros hermanos. Si están alegres alegrarnos con ellos, si están tristes consolarlos. El principio bíblico es que debemos de apoyar a las personas, cualquiera sea la situación en la que estén pasando.
Además, debemos practicar la unidad y la buena convivencia. Para lograr tal objetivo, debemos seleccionar muy bien nuestros amigos, que sean humildes y guiados por el Espíritu Santo. La humildad es una de las más grandes virtudes que podemos practicar como cristianos. Lo contrario a la humildad es la prepotencia, la altanería y egocentrismo; el creer que sabemos más que todos. El orgullo refleja la conducta de una persona que no ha crecido en Cristo, y aún qué tal vez todavía no tiene una relación personal de salvación con Cristo.
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Este material ha sido escrito por el Pastor Dr. Luis M. Mendoza. Si desea hacer copias o reproducirlo, favor de contactar al escritor. Todos los Derechos Reservados.©